Curso Práctico de Teología Bíblica (Descargar Libro GRATIS)

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Descripción
El propio Señor Jesucristo dijo al Padre (ver Jn. 17:3): «Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado». 

Y todo creyente cristiano que se precie de serlo ha de poner todo su empeño en conocer, cada vez más y mejor, de un modo íntimo, cordial y experimental, a ese Dios que, sin mérito alguno por nuestra parte, tuvo a bien, desde toda la eternidad, escogernos en Cristo para que fuésemos santos y predestinados a ser adoptados por hijos y herederos suyos y a ser hechos semejantes a la imagen de su Hijo; y, una vez nacidos, hizo efectivo su llamamiento eterno y, mediante la redención llevada a cabo por su Hijo, y el sellado personal de su Espíritu, nos justificó y glorificó y nos santifica cada día en la medida en que nos dejamos conducir por su Espíritu Santo.
Hay un axioma que repetiremos más de una vez en el presente Curso: Todo lo que nos afecta personalmente en nuestra relación de criaturas con nuestro Hacedor, tanto en el plano natural como en el sobrenatural, es planeado por el Padre, ejecutado por el Hijo y aplicado por el Espíritu Santo. De ahí que este Curso esté compuesto de tres partes. Si dicho axioma no se tiene en cuenta o no se entiende de forma debida, se incurre en graves errores doctrinales y prácticos.

Creemos con toda firmeza y seguridad que el único método recto de interpretación de la Biblia es el que está fundado en el sentido literal, es decir, el que las Escrituras expresan conforme a las comunes normas gramaticales, mediante sus distintas figuras de dicción, y dentro del contexto histórico y geográfico en que fue transmitida por Dios la revelación. 

Esto quiere decir que no admitimos ninguna clase de liberalismo bíblico ni el método de la neoortodoxia, propugnado especialmente por Karl Barth (1886–1968), según el cual la Biblia no es ella misma la palabra infalible de Dios, sino el instrumento falible por medio del cual Dios se revela a sí mismo en Cristo, a fin de que podamos tener un encuentro personal con el Salvador. Lo peligroso de la neoortodoxia reside precisamente en la parte de verdad que contiene.

Aprovecho la oportunidad para estampar otro axioma de suma importancia: Las medias verdades son las peores mentiras, porque la mente humana sólo pica en el cebo del error cuando éste se halla oculto bajo la máscara de la verdad.


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